Mastitis durante la lactancia

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¿Qué es la mastitis puerperal?

La mastitis es una afección inflamatoria del seno, la cual puede estar acompañada o no de un proceso de infección. Normalmente se asocia con la lactancia, así que también se la conoce como mastitis de la lactación o mastitis puerperal como es más conocida en nuestro medio y región. 


¿Cómo afecta a las mujeres?

Este tipo de patología tiene una incidencia aproximada en datos reportados por la OMS y la OPS de que ocurra en aproximadamente un 2 hasta un 10 % de las mujeres que amamantan y solo existen casos graves de infección en una muy baja proporción que pueden oscilar en publicaciones reportados de la literatura de 9 por cada 100.000 partos; esta última se caracteriza como la presencia de un absceso mamario, que es una colección localizada de pus dentro de la mama y que es considerada una complicación grave de la mastitis. 

La mastitis puerperal tiene un ciclo de presentación entre la segunda y tercera semana después del parto y la literatura describe que hasta un 74% de los casos ocurren en las primeras 12 semanas, pero hay que recalcar que esta afección en las madres puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia. 

Este tipo de condición se caracteriza por la afección en la que el seno de una mujer se vuelve doloroso, inflamado, enrojecido y una congestión asociada que se produce debido a un drenaje deficiente de la leche, probablemente relacionado con un lesión sobre el pezón con la consiguiente hinchazón y compresión de uno o más conductos lácteos; la mastitis infecciosa de la lactancia se presenta típicamente como un área dura, roja, dolorosa e hinchada del seno asociada con fiebre mayor de 38ºC en una madre lactante, la secreción de leche puede estar disminuida y las quejas sistémicas pueden incluir mialgias (dolores musculares), escalofríos, malestar y síntomas similares a los de la gripe. La linfadenopatía axilar reactiva (inflamación de los ganglios axilares del mismo lado de la mama) pueden estar asociados con dolor e inflamación.

Su diagnóstico se basa en manifestaciones clínicas y no se necesitan pruebas de laboratorio; el cultivo de la leche materna puede ser útil para orientar la selección de antibióticos pero este es particularmente importante en el contexto de una infección grave, adquirida en el hospital o que no responde a los antibióticos empíricos iniciales; del mismo modo las imágenes son útiles si la mastitis puerperal no responde dentro de las 48 a 72 horas del manejo local y el uso de antibióticos, siendo la ecografía el método más eficiente para diferenciar la mastitis del absceso mamario. 

¿Se puede prevenir? ¿Cómo?

Para conocer los factores de prevención hay que describir cuales son sus causas. Para empezar sus principales causas son la (ectasia) de la leche y la infección. 

Dentro de las situaciones que pueden desencadenar la ectasia de la leche encontramos:

  1. La congestión mamaria: caracterizada por una hinchazón de los senos y fiebre, todo esto ocurre alrededor del 3er día del parto, se puede deber a una inadecuada extracción precoz o succión del lactante.

  2. Frecuencia de las tomas: tomas insuficientes del lactante o periodos de tiempos muy largos entre las tomas generando congestión.

  3. Agarre del lactante al seno

  4. Lactancia de un seno más que en otro y succión ineficaz.

  5. Otros factores: frenillo corto del lactante, uso de chupetes o biberones (estos últimos acostumbrando a un mal agarre del bebe al pezón) y el uso de prendas ajustadas sobre los senos.

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La prevencion de la mastitis y el absceso mamario pueden prevenirse en gran parte, si la lactancia materna se guía adecuadamente desde el principio para evitar situaciones que producen estasis de la leche y si se tratan rápidamente los signos precoces como la congestión, el conducto bloqueado y el dolor de los pezones. Esto es necesario como parte de la asistencia materna rutinaria en los controles prenatales y en su control puerperio. 

¿Cómo se trata la mastitis perperal?

El tratamiento debe iniciar desde la prevención con un aseguramiento adecuado de la lactancia (asegurara que el niño está bien colocado y agarrado al pecho/ amamantar tan a menudo y el tiempo en que el lactante esté dispuesto a hacerlo, sin restricciones/ calor húmedo local). Si después de estas medidas se presenta la mastitis se debe asegurar un tratamiento precoz y adecuado enfatizando inicialmente en un apoyo emocional a la madre destacando en no suspender la lactancia y en la necesidad de realizar extracciones del seno afectado. El tratamiento del dolor con analgésicos de tipo AINES (ibuprofeno) pueden ser necesarios para el control del malestar más una adecuada hidratación; el uso de antibiótico está indicado cuando los síntomas son graves desde el comienzo o hay grietas en el pezón o los síntomas no mejoran 12-24 horas después de optimizar el vaciamiento de la leche.


Recomendaciones para quienes padecen de esta enfermedad

Esta afección en gran medida es una enfermedad prevenible, que se presenta en todas las poblaciones y que puede poner en riesgo la lactancia materna. Las prácticas de lactancia materna óptimas y las campañas de los entes de salud para comprender su importancia, pueden reforzar y reconocer los signos precoces y de esta forma tratar y prevenir que la afección empeore orientando el momento adecuado para buscar ayuda experta.

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Dr. Raúl Duque (ginecólogo)

Soy ginecólogo y padre, además de Profesor ad honorem en la Universidad del Bosque. Cursando una subespecailización en Mastología y con altos conocimientos en planificación familiar. Con toda la disposición para resolver tus dudas en salud por medio de doc-doc.

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