Fiebre reumática
La fiebre reumática es una enfermedad causada por una infección bacteriana llamada estreptococo. A veces, cuando tienes una infección en la garganta causada por esta bacteria, tu cuerpo puede reaccionar de manera extraña y atacar a tus propios tejidos en lugar de combatir la infección. Esto puede afectar a diferentes partes de tu cuerpo, como el corazón, las articulaciones, la piel y el sistema nervioso.
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Los síntomas de la fiebre reumática pueden variar, pero aquí te mencionamos algunos de los más frecuentes:
Dolor e hinchazón en las articulaciones.
Fiebre alta.
Erupciones en la piel.
Movimientos incontrolables o raros.
Dolor de garganta.
Si presentas uno o varios de estos síntomas es indispensable que puedas consultar, puedes agendar una valoración hoy mismo con uno de nuestros médicos.
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La fiebre reumática puede causar daño al corazón y a otras partes del cuerpo si no se diagnostica y trata adecuadamente. Por eso es importante estar atentos a los síntomas y buscar atención médica cuando sea necesario. Afortunadamente, con un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas se recupera por completo.
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La mejor manera de prevenir la fiebre reumática es tratar adecuadamente las infecciones bacterianas de la garganta. Si tienes dolor de garganta o una infección en la garganta, asegúrate de consultar con tu médico y seguir sus recomendaciones, solicita hoy tu cita aquí. Tomar todos los medicamentos recetados y completar el tratamiento es fundamental para prevenir complicaciones.
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Si te diagnostican fiebre reumática, no te preocupes, hay tratamientos disponibles para ayudarte a sentirte mejor.
Tu médico puede recetarte medicamentos, como antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos, dependiendo de tus síntomas, puedes solicitar una cita con uno de nuestros profesionales para que pueda asesorar sobre el mejor tratamiento para ti. Además, es posible que necesites descansar mucho y seguir una dieta saludable para ayudar a tu cuerpo a recuperarse.
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El pronóstico de la fiebre reumática es generalmente bueno, especialmente si se diagnostica y trata a tiempo. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas se recupera por completo y puede llevar una vida saludable y activa. Sin embargo, es importante recordar que cada persona es diferente, y el pronóstico puede variar en cada caso.